Se ha quedado dormido …
Se ha quedado tendido … adherido
sobre el blanco vestido de ella.
Y su sueño,
mitad de inquietudes, mitad de sosiego,
lo transporta al espacio y al tiempo.
Es tan bello …
colosal estatura, su grácil figura,
estampa perfecta.
Su cabeza
reposa apoyada
sobre el brazo que roza, precioso,
carnal, voluptuoso,
el recuerdo de ella.
Brazos nobles,
herramientas que preñan la tierra
y engendran retoños asidos a ella.
Finas manos
que fecundan la piel de su hembra
tan tibia, tan suave, tan fértil, tan … ella.
Fue su aroma
sensual, embriagante;
penetró por los poros abiertos,
inundó los sentidos despiertos
y su instinto, alerto,
se inclinó sobre ella.
Y la Tierra detuvo su giro.
Y los cielos cubrieron el nido.
Y los pájaros, leves, callaron.
Y los aires, tenues, acunaron
un acto sublime de amor compartido.
Artículo publicado originalmente en La casa de Asterión
Reposar sobre el blanco vestido
con la mirada vuelta al cielo
que bautizara ella,
una copa de luz,
una manta,
sensual desequilibrio
intensa… ella..
Muchas imágenes vinieron a mí con este poema con imagen, Sara… un desfile de fantasmas y ángeles, una bendición pecaminosa, un nacimiento y una pequeña muerte, con la cabeza apoyada en ese vestido.
Me encantó… abrazos!