¡Llegaron las fieras!

Sorpresa, de Henri Rousseau
Al caer la tarde,
la selva rezuma fragancias doradas.
La brisa acaricia.
La paz voluptuosa del verde follaje
seduce la vida.
Paz reproductora, fértil, sensitiva …

Se oye un estampido.

El aire acelera su pausado ritmo
y trae resonancias lejanas de espanto,
ladrido de perros
pánico, pavura,
pólvora en el viento.

Un verde alarido
ensordece el cielo …
La paz desespera,
y hasta el aire grita:
¡Llegaron las fieras!

Poema publicado originalmente en La casa de Asterión

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.