Una puerta de entrada, es la palabra,
que comprende lo dicho y lo callado,
misterioso universo diseñado
por un mago que dijo: «Abracadabra».
En el conjuro se unieron los fonemas
engalanados de rasgos diferenciales,
raudos, precisos, infinitesimales,
plasmaron los sonidos, los grafemas.
Condenados a perpetuo matrimonio
en nuestra condición escrituraria,
van del Génesis al Deuteronomio
creando una historia estrafalaria
que forja tanto al dios como al demonio,
y funda una utopía libertaria.