El árbol

El ángel de la vida, de Giovanni Segantini

Tras un marco labrado
se abre un mundo ignorado
donde un ángel habita.

Un eterno desierto, una hondonada, yerma.
Una aguada agoniza chupada por la arena.

Un tronco emerge, blando. Porfiado serpentea.
Con esfuerzo infinito se aleja de la tierra.

Tiende sus brazos largos, tentáculos nudosos.
Sus ruegos son un grito que oye el cielo nuboso.

Los dioses, impotentes, observan, desde arriba,
la lucha de este ángel por defender la vida.

De la altura desciende una diosa parida
y el ángel la sostiene con ternura infinita.

Sus ramas despojadas, desnudas, lastimeras
mendigan un milagro con gemidos de fiera.

Un agón de tragedia, un agón de agonía,
se cierne sobre el ángel de la vida, que expira.

Poema publicado originalmente en La casa de Asterión

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