El mundo es una gran paradoja que gira en el universo

La mitad de los brasileños es pobre o muy pobre, pero el país de Lula es el segundo mercado mundial de las lapiceras Montblanc y el noveno comprador de autos Ferrari, y las tiendas Armani de Sao Paulo venden más que las de Nueva York.

Pinochet, el verdugo de Allende, rendía homenaje a su víctima cada vez que hablaba del ‘milagro chileno’. El nunca lo confesó, ni tampoco lo han dicho los gobernantes democráticos que vinieron después, cuando el ‘milagro’ se convirtió en ‘modelo’: ¿qué sería de Chile si no fuera chileno el cobre, la viga maestra de la economía, que Allende nacionalizó y que nunca fue privatizado?
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UVAS DE LA IRA (Dos poesías de Joaquín Sabina)

I
A buscarse la vida habían venido
y les tocó la muerte en las rebajas.
No era suya la guerra que han perdido
en el infierno insomne de Barajas.

Hasta Ecuador llegó la mar amarga
del carnicero que reparte luto,
la descarga activó la mano larga
del animal humano, innoble bruto.

Sudacas, moros, negros, ostrogodos,
cayucos sin papeles, naufragando,
hincando las rodillas y los codos.

Todavía los están desenterrando,
esta noche tan vieja, casi todos
somos Carlos Alonso y Diego Armando.

II
Bendito corazón ultramarino
que muere sin saber de lo que muere,
maldito profesor del asesino
que mata porque ignora lo que quiere.

Maldita sea el hacha y la serpiente,
el cuchillo, el disparo, la amenaza,
la baba al portador, la uña con diente,
el cliente del mudo y su mordaza.

Malditos reyes magos con zambomba,
maldita madrugada desalmada,
maldita maldición en coche bomba.

Bendita arequipeña desnoviada,
uvitas de la ira, sangre en tromba,
margarita de Quito acribillada.

Joaquín Sabina (11 enero 07)

Una fotografía de Jorge L. Borges (calideJacobacci)

El derecho mirando hacia el horizonte,
y la nada laberíntica.

El otro ojo hacia el cielo, observando el celeste total
de su ceguera infame.

Las cejas elevadas,
de burlador mítico,
orillero.

La boca entreabierta,
cansada,
de justificar ficciones.

Su nariz en sombras,
de postularse entre héroes lícitos y malevos.

El rostro burlón, acorralando un poema infinito,
adivinado por su voz,
de incansable viajero de las palabras.

(1989)

Alejandra vs. los nenúfares (A Alejandra Pizarnik ) – fishcake

Posiblemente habría muerto en andas de la lluvia
delante de ellos, dándole un corte de manga
a quienes perseguían su pindonga truculenta
en los espejos diurnos de la noche.

Bueno, a pesar de todo, no intentó quedarse
en los salones gallineros para oírlos;
pero, aun así, sus sentidos miniaron el silencio;
los oyó en su versión de alas, de altura en verso libre;
en insondable salto de palabra exacta, pura y flexible;
en sabia cólera e insufrible vértigo de ascenso y gloria
con su cascada pértiga.

Puedo verla llegar, a gritos de alma,
para una solitaria fiesta de tristeza;
yendo, de abajo a arriba, en el secreto abierto
del árbol del dolor, contra los pájaros
migrantes de la noche, en aproximaciones mínimas,
para entender los últimos fracasos del día
en un informe puro de tinieblas.

Riachuelo (fishcake)

La historia del Bosch lo deja pegado a una tragedia: a las 6:05 del 12 de julio de 1930, confundido por la espesa niebla, el conductor del tranvía 105, que realizaba el recorrido Lanús-Retiro, no advirtió que el puente estaba levantado para permitir el paso de un barco, siguió su marcha y el tranvía cayó a las aguas del Riachuelo. Murieron 56 de los 60 pasajeros que transportaba el tranvía. En su mayoría eran obreros que se dirigían a su trabajo. (Wikipedia)

Crónica de la bruma

El río de oro llora en los peces difíciles
inemociones y leyendas que pocos conocen
mientras bajo el pesado puente oxidado
una mujer fantasma reflota un tranvía
con sus dientes de seda de luna de suburbio
nadie parece ver cómo su larga cabellera
enciende tornasoles sobre el terraplén

el río de oro canta su arrabal amargo
bajo los puentes levadizos de la muerte
mientras el agua detenida recompone espacios
y el bandoneón final deletrea el fracaso
de la fiesta del fósforo a la orilla del sepulcro
contemporáneo de lágrimas y olvidos
de crónicas marchitas y tragedias

Fue ( estephario )

Este hombre sale a la calle con dos mil años de rollo apretándole la hernia la gorda tripa que expone al empedrado y parpadea por el pie sobreinformado le tiembla y trastabilla
un querer un peso demasiado hasta hacerlo caer “a la mejilla” con gran dedicación a las baldosas y asido sin remedio a la vereda se acumula en sí mismo se rasga la camisa de fuerza tal que ¡basta! arguyen los botones se alza en un manojo de gárgaras y grita el percudido un silencio a capella sangrando un embutido de stress por la fonola aquella donde supo tutearse con “el mudo” el sensiblero que le escupió unos targos de raja y rompe la telita de su novia le asiste los recuerdos en algún rincón de su diafragma que ahora sí le sopla tanto el alcohol y el bandoneón que lo afectó de chico y entre venas que cavan y una arteria que aorta no dio más no pudo más…

Cuando llegó ambulancia con cinco semáforos en rojo una goma pinchada y un médico con walkman graduado en la quebrada de humahuaca escuchando a “Police”.

Memorial de una épica campaña ( estephario )

1

¡A la decadencia! ¡A la decadencia!

Mano firme con los infieles y a la mierda el naturalismo.
Aquí el único que se salva es “El Naturalísimo Flanco Dere”
Después, todo Roca. Roca, Cemento y Roca.
Que la Gran Muralla abarque ancho y largo de ese desierto.
Nos iremos para arriba y a la lona.

No quiero respirar ni un granillo de arena.
No quiero ni una fisura por donde se filtre el ventolín histórico o algún grito de ascencio.
Roca, piedra, perogrullos. ¡Pero nada de mangrullos!
Allí nadie va a ir a vistear o a buchonear.

Pura Roca y Cemento: Grandes Volúmenes de Roca.
Que se divisen desde el Alto Palermo hasta el Cabo Rosti por lo menos.

Rocas Argentinas hasta el fin.

2

Y a la húmeda de la pampa ¡También llegaremos! Cal, Ceresita y Gofio.
Habrá que destemplar los yuyos, que no quede ni una maceta en pie.
Lo quiero todo liso, liso y brillante a ese solar. ¡Linda Playa de Estacionamiento! en ese desperdicio bárbaro, desmesura de inciertos pajonales.

Y nada de ¡Oh! campo Traviesa. Las damas literarias estarán prohibidas en ese confín, y más por dinero: “Los juegos de Damas por dinerillos serán seriamente reprimidos con penas de hasta cuatro años de añejamiento en familia”. He dicho.

¡Y GUAY! con el escupir pa’ arriba que también es penalizado, pues cae luego de su elipse el esputo sobre los nosotros mismos y prodúcese la temible “Alambrada en un mismo Ser” (ontológica fiebre que impide el buen atravesamiento del desierto).

Ahora: ¡Oh campo Fuera! Fuera menos punible por fuerza de mayor razón, puesto que la escrituraria tórnase más libertaria por desencadenarse en un circulito perimetral cuasi marginal al confín travieso.

Entonces: en el irse pa’ juera está.
No deben limitarse mujer ni hombre en un solo atravesar “Suo Campo Lírico”.
Véase al respecto como figura retórica “El esculpirse pa’ dentre” que así diz:

Resulte queste al fablar
en su onanismo lídico
a de trovar.

E la bola nostra
se fase mui muito difícil
de trasladadar.

3

En camino
el sol abrasaba palestinos.
Pletóricos de desconcierto:

¿Dónde queda ese desierto…?

¡Tártaro!

4

A los nuestros visigodos:

“No se dejen ungir la cabeza por el Febo del desierto.
Si no alcanzan los casquetes, háganse lamer la bocha por la vacas.
Las más oriundas de estos pagos: Las Lord Chesseline”.

5

Recuérdenle a la Gavilla Aérea que no quiero flojas junturas en el firmamento.
Quiero todo el cielo bien enjabelgado y pintado de azul a plomo.

6

En cuantito me lleguen ¡Nada de mate cocido!
Que nadie ose deponer el ornamento.

En ceremonia entonen las estrofas del Himno Nacional.
Y leven bien alto los patrios pendones.
Y leven bien alto los patrios.
Y leven bien alto los
Y leven bien alto
Y leven bien
Y leven
Y leven.

Des
pués

T
u
e
l
f

7

A propósito, Supositorio.
¿Dónde fueron a parar los milibares?
¿Qué han hecho con los famosos milibares?
¿Qué es esa pelotudez de los hectopascales?
¿En qué barómetro está escrito…?

¡Yo quiero de nuevo a los MILIBARES!
Quiero que me restituyan a los desaparecidos milibares.
Y al primer meteorólogo que me reivindique un pascal
me lo mandan al repechaje
y le bajan la mínima
hasta el subsuelo.

8

Hay gente que lo está gritando todavía
Hay gente que sigue agitando sus pañales ¡Todavía!
Y no es para menos, si con su gorda brocha le pintó la cara a los piratas
¡Y eso no es joda!
“Cara de krill” les decía, y después se los pasaba por el navío en la bodega del bajel.

Hay gente que lo está gritando todavía.
Fue una tarde apoteótica. La placita Rivero (ahora Puerto Argentino desde que plantaron sarmientos en los canteros) desbordaba de argelinos que agitaban sus pañales al grito de: “ES PRON CEDA ES PRON CEDA”.

El locuaz Espronceda, dueño como era de una cristalina oratoria, al ver a los argelinos pisoteando los canteros de la placita les espetó, emocionado, su máxima, aquella que
torcería para siempre el rumbo de la épica de narrar en nuestro zócalo patrio.

La mampostería era esta: La Ex Rivero; Los pañales; Los canteros; Los argelinos. Y, al fin, el Espronceda –el arrobado o ha robado de las musas- seguro de sí mismo les espetó desde el balcón:

“¡TÁRTAROS…! LOS SARMIENTOS NO SE PISAN”

9

Vigilar bien en el callar apasionado de los versos vecinos.
No nos podemos dar el lujo de perder otro Espronceda.
Otro Almirante borracho con inoportunos etiles en sus venas.

10

– A propósito, Supositorio ¿Al astronauta Janglin no se lo vió más por el casino de oficiales?

– Qué va’ a ver, qué va’ a ver. Si tuvo un Brote Psicótico Satelital Tubo, justo cuando estaba a punto de alucinar en la pampa. Todo por culpa de un alcaucil General adicto a la alcachofa.

-No joda… Pobre Otto Janglin.

-Sí, pobre Otto, típico caso estallado de identidad.

¡Ahora sí, Supositorio!

ALL TOGETHER:

“OTTO HÉROE NATIONAL”

(inmolado en el nombre de la épica)

estephario