ARTILUGIOS LITERARIOS I – La filosofía y el pizarrón

-Dale Augusto, decinos cómo lo ves. Ya nos tenés hartos con la lata de lo medible y lo comprobable … ahora queremos saber cómo ves esto que tenemos todos los días frente a nosotros, cómo lo percibís, a qué lo encontrás parecido, con qué lo relacionás … ¡ETCÉTERA!.

Los alumnos interpelaban de esa forma al gran maestro del positivismo, preguntándole cuál era su percepción sobre el pizarrón, elemento simple, si los hay, y que siempre se encuentra en todos los ámbitos de estudio. A lo que Augusto respondió:

-Chicos… esto es para mí muy sencillo; se trata de un objeto sin ninguna complicación, inanimado, vulgar … ¿qué dificultades podría presentar? La descripción deberá encuadrarse en estos términos:

EL PIZARRÓN

Un pizarrón es una superficie lisa adherida a una de las paredes de un aula. Está fabricado con madera aglomerada y compactada. Forma una figura rectangular. Mide tres metros en los lados horizontales y 1,50 metros en sus lados verticales. Su superficie está recubierta por un esmalte sintético mate de color verde. A lo largo de todo el perímetro, una banda de madera de cancharana protege sus bordes. Cubriendo todo el lado horizontal inferior, tiene una banda de madera dura de 10 centímetros de ancho dispuesta en forma perpendicular a la tabla principal, unida a ésta por uno de sus laterales. A su vez, esta banda angosta tiene un borde de madera de dos centímetros de ancho, también dispuesto en forma perpendicular, en el otro lateral libre. Estas dos bandas, unidas a la tabla principal, forman un receptáculo que se utiliza para sostener las tizas y el borrador.1

-Pero Augusto … te parece … se te quedan afuera muchas cosas … ¿Te parece que un pizarrón es nada más que éso? ¿Sabés cuántas veces nos vio quedarnos mudos mirándolo, sin poder responder a las preguntas que nos planteabas? ¿Sabés cuántas veces nos vio llorar de impotencia? ¿Sabés cuántas veces nos escuchó maldecir, suplicar, analizar, acertar, festejar, reír, y para qué vamos a seguir mencionando … ?
-Ah … no …Siguiendo a Kunt, vuestra perspectiva se inscribe dentro de una cosmovisión holística, propia de pueblos primitivos, en los que todos los elementos tenían el mismo valor y además, eran sagrados. De este modo, eran sagrados los dioses, los hombres, los animales, los ríos, los árboles, … todo. Nosotros, en cambio, somos dueños de una cosmovisión mucho más evolucionada, el paradigma jerárquico, verticalista, en el que hay un plano sagrado y un plano secular, profano. Mis teorías se ubican en este último, el único en el que se puede medir , observar, y comprobar, y allí no tienen cabida los interrogantes que han planteado refiriéndose a este elemento de madera.
-Mirá lo que dice … JULIO FLORENCIO …Vení, … ayudanos, Julio Florencio, decile a Augusto que se le están escapando algunas medidas…
-¿Ustedes me llamaban? Les digo que me tenían loco con esto del año cortazariano; me llamaban de todos lados. Por suerte ya pasó. ¿Qué necesitan?
-Es Augusto … Le hemos pedido que nos diga cómo ve al pizarrón, y fijate lo que nos dijo. A este hombre le están haciendo falta un par de anteojos … hay muchas cosas que no las ve ni cuadradas. Te llamábamos justamente para que le dieras una mano y le aclararas la mirada.
-Bien chicos, tranquilos, esperen un toque. Voy a hacer lo posible:

Todos los días me mira con su cara seria y espectante. Testigo mudo de nuestros aciertos y errores, parece comprender nuestro difícil tránsito entre la escuela primaria, media y la universidad.

Soporta con callada gallardía los embates de repetidos profesores que se ensañan con su verde superficie.

– Copien- dicen. -así puedo borrar para seguir escribiendo.

Copiar y borrar, borrar y copiar. Su cara esperanzada, pacífica, observa el lento devenir de los días que conforman el ciclo lectivo. ¿Cuántas promociones ha visto pasar? ¿Cuántas veces ha sido testigo del triste estancamiento de figuras repetidas?

No se dejen engañar por su cuadrilátera inexpresividad. Yo sé que siente, que sufre con nuestras penas y se alegra con nuestras alegrías. Es imposible que una figura tan presente en el aula no haya sido capaz de absorber tanta vida1

– ¡Julio Florencio! ¡QUÉ MAESTRO!

Cuando a la ciencia positivista se le queman los papeles y el Reiki y el budismo Zen se instalan con toda comodidad en el mundo occidental del siglo XXI, su genio no podía faltar.

Es más, es el único con posibilidades de representar la realidad tal como es: real, pero con un poco de magia.

– ¡GRACIAS JULIO! Y vos Augusto … ¡PISÁ EL ESFÉRICO…!

1- Las descripciones del pizarrón son textos publicados en “El texto argumentativo como articulador de una tarea en tercer año” de Riquelme, Sara Eliana y otros, en LA ENSEÑANZA Y LA EVALUACIÓN, Coordinado por Maté C., Buenos Aires, Grupo Editor Multimedial, 2003, 1ª edición. pg. 202 y 203

NOTA DEL AUTOR: El personaje “Augusto” se refiere a Augusto Comte, padre del positivismo, y “Julio Florencio” a Julio Florencio Cortázar, escritor argentino que revolucionó la narrativa de mediados del siglo XX

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