«Ensueño» de Eduardo Talero

De Domuyo

 

 

Dicen que en sus ensueños de delito

el anarquista Satanás quisiera

ver sobre el ataúd del infinito

hecha cadáver la creación entera;

 

Y en ese funeral horripilante,

velado por glacial melancolía,

trémulo, como cirio agonizante,

el sol con luz amarillenta y fría.

 

Y sobre aquél cadáver, inclinado,

puesta la mano en la angustiada frente,

con la infinita sombra ya enlutado

¡sollozando el Creador Omnipotente!

 

Que formaran los cantos funerales

del viento melancólicos suspiros

y que brotaran formas sepulcrales

para danzar en caprichosos giros.

 

Lívido el mar, inanimado y yerto

en ataúd de rocas sepultado,

como por losa funeral cubierto

con su rígido dorso congelado.

 

A la tierra, –sepulcro derruido-

la humanidad rodando macilenta,

con su orgulloso corazón herido

y su mortaja, de rencor sangrienta.

 

Y    que los astros que en la noche giren

parezcan ser pupilas del misterio,

o fuegos fatuos que pavor inspiren

en aquel infinito cementerio.

  

 

Ecos de tempestades funerarias

en alas de las brisas gemidoras.

Y enlutadas –en tumbas solitarias-

con harapos de noche, las auroras.

 

Y después … qué furiosas convulsiones

agiten la materia disgregada,

y qué trombas inmensas de pasiones

¡la arrojen en el seno de la nada!

 

Valparaíso, 1897.

De Domuyo